Prologo usado para la Gran Campaña del norte
El verano llega a su fin en Scandia. Muy pronto, los bosques de Dinamarca se vestirán de castaño y de fuego y un viento frío arrastrará las nubes grises desde las montañas del norte. El rey Frodi lleva menos de un año en el trono y su ejército de leales, mercenarios y jutos reprime toda tentativa de rebelión, pero sabe que una cólera sorda ruge todavía en el corazón de sus súbditos. Aunque Scandia le sea fiel y Sjaelland se halla sometido humildemente, en Fyn aún se quejan del nuevo monarca y de su traición a la corona y a su propio hermano menor. Frodi es un hombre astuto y un hábil político que ha conseguido alejar cualquier posible conflicto inmediato en sus fronteras, gracias a los obsequios que ha entregado y a ciertas negociaciones que ha sabido dirigir con diplomacia, ya que se dedica en cuerpo y alma en perpetuar y asegurar su posición en su país. Los scaldas a su servicio claman desde el comienzo del verano la intención del rey de unir a todos sus súbditos bajo su estandarte con el símbolo del martillo. El soberano multiplica los regalos que ofrece a sus fieles, sus nupcias con la viuda de su hermano han sido motivo de gran regocijo para sus leales y además, muchos Jarls ya le han rendido homenaje. Aunque no todos.
En la isla de Fyn, Hord Beinirsson es el poderoso señor de Odense no ha ido hasta Hleidra, ya que ha dado como excusa el fallecimiento, aún reciente, de su esposa. El rey no ha acabado de creer esta excusa, ya que Hord era amigo de Halfdan, su hermano menor. Además, Hord organizó un asalto costero en pro de reunir las fuerzas necesarias para ir en auxilio de su amigo, aunque este acto de heroísmo y lealtad, acabó con la derrota de sus fuerzas en la batalla marítima de Belt. No obstante. El rey ha encontrado un medio para controlar esta provincia rebelde a las gentes que siguen a Hord. Desde su ascensión al trono, los emisarios de Frodi van y vienen a Jylland, ya que la península representa, al mismo tiempo, un formidable mercado en occidente y el sur, así como un aliado comercial de primera, aunque también podría convertirse en un enemigo potencial y peligroso. Así, el monarca ha negociado la unión de la hija del rey Juto, y su principal aliado, Olaf Gundersen, con uno de sus poderosos vasallos: el Jarl de Odense. A Hord no le ha sentado nada bien la noticia, pero no podrá echarse atrás sin antes declararle la guerra a su señor y sabe que no podrá ganar. Además, esta alianza, de darse el caso, sería sin ninguna duda, una bendición para su territorio. Conseguiría la protección para su isla que tanto necesita de los ataques de piratas y Jutos, supondría un aumento en riquezas considerable gracias al comercio y estabilizaría la región y su ley. Pero, sería el modo de someterse de una vez por todas a los planes de Frodi.
Fyn, la isla rebelde
La lealtad de las gentes de Fyn hacía su verdadero rey Halfdan el joven, aún se mantiene en sus corazones. El señor Hord Beinirsson de Odense, no es más que la punta de lanza de una gran amalgama de Jarls y señores menores que claman venganza contra el rey fratricida. Este resentimiento se ha visto enaltecido no solo por la impunidad del asesino, sino también por los emisarios que van y vienen de la capital, con sus absurdas palabras de unidad; las numerosas patrullas de leales que toman lo que les viene en gana de aldeas y poblaciones y el duro pago por la batalla de Belt: la muerte de muchos hermanos, padres e hijos en la misma y el posterior embargo de sus embarcaciones.
La situación es peliaguda para las gentes de Fyn, los diezmos los han llevado a la ruina, la imposibilidad de zarpar les ha negado un sustento básico para el comercio y el verano no ha sido todo lo productivo que se esperaba, por la carencia de manos y los impunes saqueos de los leales, con lo que se espera un duro y hambriento invierno que no todas las poblaciones superaran con facilidad.
Son muchos los Jarls y cabezas de clan que claman por que Hord tome las riendas de la isla como monarca rebelde y restaure la paz y el orden por medio de la venganza, pero éste sabe que no sería más que una causa perdida, al menos por el momento. Todos los esfuerzos del señor de Odense, se han volcado en cuatro objetivos muy claros: sobrevivir al invierno, mantener la unidad de los señores de Fyn, retrasar su viaje a Hleidra (evitando su juramento de pleitesía y por supuesto las nupcias con la princesa Juta) y hallar con vida a los hijos de Halfdan, desaparecidos durante el conflicto armado. No son pocos los que han ofrecido su ayuda en éste último punto, pero por el momento, los dos hijos siguen en paradero desconocido. ¿Lograrán encontrar a los niños y al legítimo heredero? ¿Se mantendrá la unidad de la isla? ¿El pueblo llano tolerará más tiempo los saqueos, disfrazados de diezmos, perpetrados por aquellos que portan el estandarte del martillo? Solo el tiempo lo dirá…
Notas a pie de página
Aquellos que como yo, os gustan los juegos de rol de corte nórdico, os habréis percatado de dónde proviene este inicio. Efectivamente, la campaña que vamos a jugar de principio a fin, o al menos eso espero, es la del manual oficial de Yggdrasill. Por supuesto, tendrá mucho material hecho por mi, recortes, añadidos y lo que los propios jugadores creen por medio de sus personajes. ¿Por algún punto se ha de comenzar no?